Las programaciones didácticas, como ya hemos visto en una entrada
previa, constituyen el tercer nivel de concreción curricular. Podríamos
definirlas como un instrumento para la planificación, el desarrollo y la
evaluación. De este modo, las programaciones didácticas elaboran un plan que
prevé la puesta en práctica del proceso de enseñanza-aprendizaje y son
elaboradas por los departamentos de coordinación didáctica y aprobadas por el
claustro de profesorado. Por lo tanto, es evidente que los aspectos que componen
las programaciones didácticas son complejos y numerosos pero sin embargo,
mediante el debate piramidal llevado a cabo en la sesión pudimos llegar a un
acuerdo sobre los que considerábamos más importantes.
Así, llegamos a la conclusión de que los aspectos más significativos
en la práctica docente serían aquellos más concretos, es decir los que dependen
del profesorado o del centro. Decidimos esto porque pensamos que los elementos
tales como las competencias clave o los criterios y los estándares de aprendizaje
que vienen ya fijados del primer nivel de concreción curricular eran muy
generales, aunque sin duda importantes, y por tanto ya aparecían tratados en
detalle en otros documentos creados por los organismos correspondientes. Esto
permitía que pudiésemos seleccionar como ‘más importantes’ otros aspectos más
específicos de las programaciones didácticas.
Así pues, los seleccionados serían: la metodología, los objetivos, la
temporalización, los recursos y la atención a la diversidad. De este modo, consideramos
que la metodología resulta imprescindible porque, aunque los contenidos vengan
ya decididos de los niveles previos, no lo viene la manera en que estos se
imparten. Además, la metodología es sin duda una pieza fundamental en el reto
de conseguir alumnos motivados y por tanto, en conseguir un proceso de
enseñanza-aprendizaje exitoso. Los objetivos específicos también nos parecieron
muy importantes ya que determinan aquello que se pretende alcanzar en el
proceso de enseñanza-aprendizaje y son una herramienta imprescindible para la
evaluación. Por su parte, la temporalización es precisa para organizar el
contenido y las actividades de la materia, ya que sin temporalización, la
enseñanza supondría un caos para ambos docentes y discentes. También consideramos
que los recursos suponían un aspecto significativo en el proceso educativo, ya
que tanto los recursos humanos, como los espaciales o los materiales
constituyen la base de la docencia. Por último, seleccionamos la atención a la
diversidad en este ‘Top 5’ ya que consideramos que la equidad debería ser algo
inherente a la educación, y por tanto, todos los alumnos y alumnas deberían
tener las mismas oportunidades. De este modo, la atención a la diversidad
promueve la igualdad y la inclusión, algo que sin duda repercute en el
bienestar del alumnado.
En definitiva, como hemos visto, es innegable que todos los aspectos y
apartados de las programaciones didácticas son necesarios para conseguir la correcta
ejecución del proceso educativo. Sin embargo, como los ‘más generales’ vienen
ya fijados de los niveles de concreción curricular previos, esto nos ha
permitido prestar atención a aquellos aspectos más específicos del centro o del
docente. De este modo, los aspectos mencionados previamente suponen la ejecución
de esos aspectos más generales así como la puesta en práctica más cercana al
alumnado y por tanto, son también imprescindibles.
Referencias
Ley orgánica para la mejora de la calidad educativa (Ley Orgánica
8/2013, 9 de diciembre). Boletín Oficial del Estado, nº 295, 2013, 10 diciembre
Hola María!
ResponderEliminarMuy buena reflexión, la verdad es que el currículo tiene su función totalmente lógica y, ante todo, útil. La clasificación que has hecho es totalmente cierta, al fin y al cabo, somos los más objetivos para hacerla. Por otro lado, me gustaría saber que opinas del "feedback" que puede proporcionar un currículo. Es decir, hecho de una forma lógica, serviría como un mapa de ruta para los profesores siguiente para así conocer el tipo de alumnado de la clase y que tipo de actividades ya funcionan, ¿Qué opinas tú? ¿lo ves una opción útil?
¡Un saludo!
¡Hola, Sara! Gracias por tu comentario :)
EliminarLa verdad es que pienso que sin duda puede ser una opción muy útil. Creo que una de las piezas clave para un proceso de enseñanza-aprendizaje exitoso es la cooperación tanto del alumnado como del profesorado. Por tanto, que el profesorado tenga la oportunidad de conocer la metodología que funcionó y la que no cuando se enfrenta al reto de conseguir alumnos motivados e implicados me parece fundamental y de gran ayuda. Esto sin embargo, debería tomarse como una guía y no descuidar la atención que se le debe al alumnado, ya que este evoluciona y por tanto algo que funcionó en un curso, puede no hacerlo en el curso siguiente. Aún así, como ya he mencionado, siempre es bueno compartir ideas y puntos de vista. Esto sin duda aumenta las probabilidades de éxito.